Manuel Barea Patrón/UNED.
Centro Asociado de Cádiz_ESPAÑA
PALABRAS CLAVE
máscaras,
fiestas, rito, tradición, comunalidad
RESUMEN
Las
fiestas de invierno han sido vistas como "supervivencias" de ritos al
Sol y a la Luna fijados para marcar el ritmo de las estaciones, de los ciclos
vegetativos, como ritos de separación y agregación para dejar atrás las brumas
invernales y saludar a la luz primaveral. Los pueblos agropastoriles celebraban
ritos de fecundidad, tanto de los campos y rebaños como de las comunidades,
propiciando la fertilidad, la renovación, la continuidad. El hombre, como ser
festivo, ha introducido en sus calendarios un tiempo "estructural",
siendo las fiestas los "hitos" que ordenan laas actividades
socioeconómicas, y marcan los ritmos de la naturaleza, la identidad de los
pueblos, su tradición, su memoria y su historia. Las fiestas introducen un
elemento "psicológico" de permisividad, de transformación, de
inversión del orden normal, un tiempo "sagrado", al margen o
"liminar", en el que la reunión comunitaria es lo fundamental, donde
se produce el "retorno" de los emigrados, donde se vuelven a reunir
las cuatro generaciones por un tiempo, donde se renueva el concepto de
"pueblo" en comunidades amenazadas por la despoblación. Este es el
caso de la zona peninsular comprendida a ambos lados de la frontera
hispano-portuguesa, la comarca lusa de Trás-os-Montes y la española de Zamora,
las cuales comparten unos ritos similares en sus Fiestas y Mascaradas de
Invierno y fiestas de Carnavales. Una fiesta que toma las calles y plazas como
"espacio social", donde se producen dramatizaciones teatralizadas
siendo los protagonistas las propias personas del pueblo que se convierten en
actores durante los días festivos asumiendo el rol de actores. Durante esos
días el tiempo es mítico. Analizar las fortalezas y amenazas de uno de estos
pueblos -Villanueva de Valrojo (Zamora)- mediante un trabajo de campo y avanzar
líneas para su continuidad es el fundamento de esta comunicación